Descripción
Una singular fascinación por la niebla y los días de lluvia y, en consecuencia de un vacío insondable en busca de arraigo, Ilka Oliva Corado creó una especie de fantasía, como un suspiro postrero a la que ha llamado Nube Pasajera. La convirtió en numen de su poesía, en el aliento de su caos existencial y en su oxígeno. Musa de sus más grandes anhelos es como un soplo de vida en el torbellino de sus emociones. Un remanso de quietud, un apacible riachuelo en tarde de otoño. Es el seno que la arrulla y la voz que la encausa. En la melodía de un fonema no es más que la ilusión de acariciar la diafanidad de lo inalcanzable e inaudito. Es preservar su caos y su trastorno. Es proteger sus constantes delirios de la cautividad de la cordura. Es la anarquía de su bipolaridad. Es en absoluto su alma desnuda, soberana e insurgente en incesante manifiesto. El presente poemario es pues: su sangre, su voz, su ahínco, su pasión, su vena y su amor.